Cada ejercicio de fuerza tiene dos fases clave: La Concéntrica (cuando el músculo se acorta) y La Excéntrica (cuando se alarga bajo control). Entrenarlas de forma específica mejora tanto el rendimiento como la prevención de lesiones.
Es el momento en que vencés la carga, como al subir en una sentadilla o empujar una barra.
Sirve para aumentar la potencia y la fuerza máxima, mejorando el reclutamiento neuromuscular (lograr que actúen más fibras) y la velocidad. Para estimular esta fase debo mover con intención explosiva, incluso con cargas altas.
Fase Excéntrica
Es el control al resistir una carga, como al descender en una sentadilla.
Sirve para mejorar la resistencia muscular reforzando el control y la estabilidad articular. Para estimular esta fase debo realizar descensos lentos y controlados (3–6 segundos) y pausas isométricas prolongadas.
Una repetición no termina cuando levantás el peso. La Potencia (Fuerza x Tiempo) nace en Lo Concéntrico, pero La Resistencia (Estabilidad y Control x Tiempo) se construye en Lo Excéntrico. Entrenar ambas fases es esencial para lograr objetivos de alto rendimiento como también de acondicionamiento físico en general.